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¡Hola! Bienvenidos a otro planeta, ya que hoy hablamos de Cocina de otros planetas. Y te preguntarás, ¿y este cambio? ¿Esto es ahora un programa de cocina? Pues resulta que… ¡He ganado mi primer concurso internacional! Sobre relatos de este tema precisamente, Cocina de otros planetas. Así que os dejo por aquí el pequeño relato con el que participe y que ha sido seleccionado como ganador.

El premio ha sido grabar el relato en audio y lo tenéis disponible en la app de Podcastory, junto con más audios interesantes de muchas temáticas distintas. Os dejaré el link al final de este post, pero ahora os muestro mi receta de Cocina de otros planetas.

HOJAS LIOFILIZADAS DE NEBULOSA CON ESPUMA DE ESTRELLAS

Cocina de otros planetas

– Aquí, en Meraki, la vida discurre plácidamente. Después del covid vinieron innumerables pandemias que parecían tener origen en los alimentos. Estados Unidos culpó a Rusia. Rusia a China y China a Europa. Se realizaron innumerables investigaciones, pero sin averiguar nada concluyente. Lo único cierto era que la población mundial se habia reducido en un 80%, curiosamente los que tenían mayor poder lograban sobrevivir. Poco después se instalaron aquí y nos crearon- expuso Nik telepáticamente a Laia.

Nik es un alienígena de edad indeterminada. Sí, porque en este planeta sus habitantes no envejecen. No obstante, no son inmortales. Algunas veces, aunque no es frecuente, se producen accidentes que no pueden ser reparados. Entonces, los restos merakianos son despedazados, clasificados y almacenados.
Los merakianos se reproducen en laboratorios. Se mantiene constante el número de individuos, así si se desguaza a uno, se fabrica a otro. Todos son exactos, salvo en el color de su iridiscencia. Los recién fabricados apenas tienen un brillo nacarado y poco a poco van pasando del blanco al amarillo, naranja, rojo, verde, añil, azul y violeta. Así los más antiguos son del color de las berenjenas.

– Estoy asustada, Nik. Soy tan diferente a vosotros que no sé si me vais a eliminar- gimotea Laia temblando de miedo.

– No te preocupes. Los merakianos somos gente pacífica. No sabíamos que no os habíais extinguido del todo. – la tranquiliza comunicándose esta vez con palabras y voz robótica.- Hablaré con el lider para que convoque una asamblea. Tal vez sea interesante que nos cuentes cómo lo solucionasteis.

– Me introdujeron en la cápsula cuando tenía trece años. No sé qué edad tengo ahora. Se me notan las venas de las manos y mi piel ha cambiado de aspecto. Creo que he envejecido, tal vez he viajado durante mucho tiempo.

– Nosotros no medimos el tiempo. No nos sirve para nada. Todo es eterno y atemporal. Depende de la velocidad del hecho observado. Posiblemente hayas entrado en lo que se conoce como agujero de gusano, es decir, un atajo a través del espacio- tiempo. Es posible que hayas viajado a una velocidad superior a la luz y tu tiempo haya cambiado. ¿ Ves por qué te digo que es una ilusión?- comenta Nik mientras atisba cómo se mira Laia en la envoltura de la cápsula de cristal de donde salió hace un momento.

La chica es llevada ante la asamblea. Todos quieren saber todo sobre la vida en la Tierra. Laia recuerda que en su familia hay una larga tradición culinaria. Sus padres regentan un magnífico restaurante que ostenta nada más y nada menos que tres estrellas Michelin. La terrestre explica que esas estrellas nada tienen que ver con los cuerpos celestes. Les habla de la comida gourmet, de la paella, del jamón ibérico, de tantos manjares…


El lider le cuenta que ellos tienen una copia del banco mundial de semillas de Svalbard, así como un laboratorio con embriones congelados de todos los animales que poblaban la Tierra antes de abandonarla; algo parecido al arca de Noe, pero en estado inicial.

– Entonces disponéis de todos los ingredientes para elaborar cualquier delicioso plato- comenta Laia

– Aquí la alimentación se reduce a la ingesta de comprimidos que contienen todos los nutrientes necesarios y una especie de papilla que tomamos más que nada para mantener activa la función intestinal- responde Nik.

– ¡Pues qué pena! Con lo que se disfruta de una buena comida- dice la chica mientras se muerde el labio inferior y y mueve la cabeza en señal de negación.

– ¿ Crees que podrías elaborar algo para sorprendernos? – pregunta el alienígena.

– Nunca pensé en realizar un plato extraplanetario, pero lo puedo intentar.

Laia siempre fue una chica imaginativa. Quizá demasiado- le había dicho algún profesor. Ella es inteligente y se divierte creando.

El menú de cocina de otros planetas propuesto por la chica es:
Primer plato: Hojas liofilizadas de nebulosa en espuma de estrellas.
Segundo: Aros de nitrógeno en jugo de helio
Postre: Helado de neutrinos en antimateria.

cocina de otros planetas

Para el primer plato construye algo parecido a los «recogehojas» de las piscinas y , como si se tratase de mariposas, atrapa las iridiscencias convertidas en nebulosas; algo parecido a los algodones dulces que encontramos en todas las ferias. Posteriormente los introduce en un congelador entre -50ºC y -80ºC y después en una cámara de secado en la que se produce la sublimación, es decir, el paso de gas a sólido sin pasar por el estado líquido. El resultado es una sustancia esponjosa, elástica y firme a la vez que estalla en boca con sabores sutiles a bosque húmedo y un toque a fragancias frutales. Un placer que se complementa con espuma de estrellas. Para obtener esta, la chica tiene que buscar leche de unicornia dejando que se evapore a la luz de las estrellas.


Para el segundo rellena unos moldes con nitrógeno líquido que luego hierve al baño maria en jugo de helio. El helio pudo ser licuado a -269ºC tras comprimirlo, enfriarlo y permitir después que se expanda.
Para el postre, pide a Nik que le proporcione una fuente radioactiva de rayos beta y un decelerador de antiprotones.


Los merakianos quedaron gratamente sorprendidos con el menú intergaláctico que Laia les sirve en rodajas de meteorito de palasita.

La gastronomía es un arte y como tal debe ser creativo y, por qué no, abstracto mostrando una realidad distinta a la natural.

Escucha el relato aquí:

https://drive.google.com/…/11xbGkoy8UKD4ZpL7FZV…/view…

Puedes encontrar este y otros audios en Podcastory

Julia Cortés Palma

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