Desde hace muchos años, las palabras han sido mi refugio, mi escape y mi forma de entender el mundo. Recuerdo las tardes largas en las que me sumergía en los libros, viajando a tierras lejanas y viviendo aventuras a través de los ojos de los personajes que encontraba en cada página. Esos momentos, escondida entre las estanterías, fueron los que encendieron en mí una pasión que ha perdurado toda mi vida.
Escribir es una forma de magia. Es crear mundos a partir de la nada, dar vida a personajes que susurran sus historias en tus oídos, dar visibilidad a situaciones injustas, hacer a los más pequeños reflexionar y compartir emociones que laten en lo más profundo de nuestro ser a través de la magia de las palabras. Cada una es una pincelada en un lienzo que va tomando forma, que cobra vida y que, de alguna manera, nos transforma tanto a nosotros como a quienes leen nuestras historias.
La inspiración puede venir de cualquier parte: una conversación al pasar, un paisaje visto desde la ventana, un recuerdo olvidado que resurge de repente. La clave está en estar siempre abiertos, en dejar que la curiosidad nos guíe y que el asombro por el mundo nunca nos abandone. Porque, al final, escribir es un acto de amor y de entrega. Es compartir un pedazo de nuestra alma con el mundo, con la esperanza de que, en algún lugar, alguien se sienta tocado por nuestras palabras.
A lo largo de mi carrera como escritora, he aprendido que la escritura no es un camino solitario. Es cierto que pasamos muchas horas a solas frente a la pantalla o con un cuaderno en blanco, pero la comunidad de lectores y escritores es un soporte invaluable. Cada comentario, cada crítica, cada palabra de aliento, nos impulsa a seguir adelante, a mejorar y a creer en la importancia de lo que hacemos.
Por eso, quiero aprovechar este espacio para agradecer a cada uno de ustedes, mis lectores, por acompañarme en este viaje. Sus palabras y su apoyo son el combustible que alimenta mi creatividad. Espero que, a través de mis historias, puedan encontrar un rincón de magia, un momento de escape y, quizás, una chispa de inspiración para sus propias vidas.
La magia de las palabras no tiene límites, y juntos, podemos seguir explorando y descubriendo nuevos mundos. Gracias por ser parte de esta aventura literaria. ¡Hasta la próxima historia!
Con cariño,
Julia Cortés Palma