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Vivimos tiempos intensos. Cada día, los titulares de los periódicos, las redes sociales y las conversaciones cotidianas están cargados de emociones: frustración, esperanza, indignación, incertidumbre. La actualidad no solo nos informa, también nos transforma. Y para quienes trabajamos en el arte, la escritura o la creatividad, todo eso puede —y debe— ser fuente de inspiración.

La conexión entre lo político y lo personal

Decía Virginia Woolf que «lo personal es político», y cada vez lo siento más cierto. Las decisiones que toman nuestros gobernantes, las tensiones sociales, las marchas en las calles o incluso los silencios de la prensa, afectan directamente cómo pensamos, cómo nos relacionamos y cómo creamos. No somos islas: somos espejos de nuestro tiempo.

Cuando un país se siente desilusionado, sus artistas también lo sienten. Cuando hay esperanza, se respira en el arte, en la música, en la poesía. Todo este clima emocional, social y político puede convertirse en una materia prima profundamente poderosa para crear algo significativo.

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Inspiración en lo que duele (y en lo que sana)

Personalmente, me inspiran las contradicciones. Me conmueve cómo la gente sigue adelante, incluso en medio de crisis. Me toca el alma ver cómo comunidades enteras se organizan, cómo surgen nuevas formas de resistencia cultural, cómo la creatividad florece incluso en los entornos más hostiles.

Y es que no se trata solo de denunciar, sino también de alumbrar. A veces escribo desde la rabia, pero muchas otras desde el deseo profundo de imaginar un país más justo, más amable, más nuestro.

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¿Por qué escribir sobre la actualidad?

Porque es urgente. Porque lo que no se nombra, no existe. Y porque cada voz cuenta. No necesitamos ser periodistas para registrar lo que vivimos. Desde nuestras trincheras —el aula, el taller, el escenario, la cocina, la calle— podemos aportar nuevas miradas, preguntas e incluso respuestas.

Escribir sobre lo que pasa nos permite comprender mejor nuestro lugar en el mundo. Y también es una forma de dejar huella, de no dejar que la historia pase sin que digamos algo al respecto.

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Conclusión: tu entorno también es tu inspiración

Si hoy te sientes movilizado por lo que ocurre en tu país, en tu ciudad, en tu comunidad, no lo ignores. Obsérvalo, escúchalo, siéntelo. Toma notas, haz preguntas, crea. Porque incluso la desesperanza, cuando se transforma en arte, puede abrir puertas.

Y porque tal vez, entre tanto ruido, lo que tú tienes para decir sea justo lo que alguien necesita leer.

Julia Cortés Palma

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