Sobre mi
Soy consciente de que la mayoría de la gente evita hablar de su vida privada por miedo a ser cuestionada, criticada o…, vete tú a saber. Yo también tuve miedo a ser vulnerable, pero ya no. Ahora puedo hablar de mi vida, de mis aciertos y mis errores, de mis defectos y virtudes. Sé que no soy perfecta ni llevo una vida perfecta pero he conseguido lo más importante: tener seguridad en mí y ser feliz.
Esta es mi vida, bueno, lo que llevo de ella.
Me nacieron en Badajoz, en casa de mis abuelos para no ser un bebé robado, el 23 de enero de 1961.
Comencé a ir a la escuela a los siete meses, mi madre era maestra y no tenía con quién dejarme, mis abuelos regentaban una tienda de ultramarinos.
Mis primeros juguetes fueron lápices, libros y libretas, así de esta manera aprendí a leer y escribir mucho antes de la edad de entrada en el colegio. De esta época son mis primeros poemas. Guardaba mis textos para que nadie los viera, me moría de vergüenza.
Siempre fui una niña responsable, obediente y buena que nunca suspendía. Aunque quise estudiar medicina, mi madre me convenció para que primero estudiase para maestra como ella.
Me casé, con mi primer y único novio, el mismo año en que gané mis oposiciones del profesorado. Un año después nació mi primer hijo y a partir de ahí mi vida transcurrió entre obligaciones familiares y profesionales.
Cinco años después tuve a mi segundo hijo y tres años más tarde me divorcié por primera vez. Fue de mutuo acuerdo; nuestros proyectos vitales eran distintos.
Comencé mi relación con un compañero de profesión, que tenía tres hijos de su anterior matrimonio, pedimos traslado a Canarias, nos casamos y tuvimos dos hijos en dos años. Mi vida se complicó y oscureció, cuando quise darme cuenta me vi en el infierno. Leí, escribí y estudié.
No le conté nada a nadie, pero busqué una amiga que me ayudó a no hundirme ni volverme loca, la poesía. En ella volqué todos mis sueños rotos, todas mis lágrimas y también mis esperanzas de encontrar la manera de recuperar mi vida.
Me divorcié por segunda vez y me encontré sola para sacar adelante a cuatro hijos, dos con diabetes tipo I, problemas de conducta y problemas psicológicos muy graves. Contra todo pronóstico, lo conseguí. Logré crear una familia unida no distinguiendo entre hermanos de padre o de madre, sino solo hermanos.
Mi autoestima quedó muy dañada, me daba miedo salir a la calle, entrar en un bar. Pensaba que todos se reirían de mí porque hasta ese momento pensaba que mi hipersensibilidad era una debilidad que me hacía inferior a los demás. Luché para dominar mis sentimientos pero terminaron ganando ellos. Tuve muchas parejas de distintas duraciones, por una razón u otra yo seguía fallando. Hasta que tomé la decisión de no volver a intentarlo, no volver a confiar en ningún hombre, y entonces apareció él.
Poco tiempo antes había empezado a escribir pequeños textos y poesías en redes sociales y un día en Facebook apareció Ignacio Ramón Martín Vega. Congeniamos literariamente enseguida y pocos días después me propuso escribir una novela romántico - erótica, escrita a medias con él. Un capítulo yo, un capítulo él. Así fue como surgió “Comenzó en Badajoz, un alto en el camino”. Después vino “Dos Rombos” y después muchos más.
Me encanta escribir, es lo que más me gusta, y si no lo hago más, es por no tener muchos días ni un solo minuto libre. Mi trabajo como profesora de instituto, cuatro hijos y tres nietos, las faenas domésticas, además de mis actividades teatrales, pertenecer a varias asociaciones culturales, asistir a eventos, ... Me dejan sin tiempo.
Cuido mi cuerpo y mi mente y amenazo con vivir y escribir mucho.